LOS QUE LOS UNIÓ... LOS SEPARARÁ I

¿El amor se mantiene a pesar del tiempo y la distancia?... Algunos dirán que sí, otros posiblemente piensen lo contrario. ¿Es amor o costumbre? ¿Es verdad o mentira? Muchas preguntas invadieron la cabeza de Cynthia luego de viajar por motivos de estudio, lo que le impedía ver con frecuencia a Leo. Ambos tuvieron una relación de un año, estaban enamorados, aunque ella era más detallista y él un poco seco en sus muestras de afecto, sin embargo la química entre ellos era muy fuerte y habían pasado momentos inolvidables, increíbles, únicos e irrepetibles.
Pese al viaje de Cynthia, decidieron continuar su relación a distancia, ambos sabían que sería difícil pero lo intentarían, nada perdían haciéndolo. Los primeros meses fueron un poco más fáciles porque ella podía viajar y el también, pero luego todo se complicó por los estudios de ella y el trabajo de Leo. Las llamadas eran pocas y los mensajes concisos, Cynthia se dio cuenta que su relación se iba a pique y que prendía de un hilo. Algo tenía que hacer y hacerlo rápido, de lo contrario las cosas no mejorarían.
Cynthia viajó en varias ocasiones a verlo o lo llamaba más a menudo, pero él no parecía interesado en salvar su relación, más bien parecía que tuviera en mente lograr que Cynthia se canse y lo mande al diablo, para no ser él quien termine la relación, era tan cobarde que no podía ser sincero con ella y decirle el por qué de su actitud tan indiferente.
La gota de agua que rebalsó el vaso cayó a los 6 meses de la partida de Cynthia. Además Katy, amiga de ella y vecina de Leo le comentó que en los últimos meses, él estaba saliendo con una chica de su trabajo, Lorena. Cynthia se sintió terrible porque él jamás fue sincero con ella, y más aún a sus espaldas y durante su relación invitaba a comer a Lorena y tenía muestras de atención que nunca tuvo con ella. Definitivamente todo se acabó, y como dicen muchos: ”borrón y cuenta nueva”, “pasar la hoja, a escribir un nuevo capítulo”.
Luego de terminar su relación, Cynthia estuvo mal, no salía, lloraba en su cuarto, preguntándose ¿por qué todo tuvo que terminar así?, él por su parte, formalizó a las pocas semanas su relación con Lorena, no esperó que pase un tiempo prudencial, no le interesaba. Después de unas semanas, Cynthia decidió salir y divertirse en cada fiesta a la que podía asistir, llegó incluso a tomar en exceso para olvidarse de todo y especialmente de él, pero en su estado etílico solo conseguía ponerse peor, todos los recuerdos pasaban como una secuencia de imágenes en su cabeza y le era imposible reponerse.
El tiempo pasó y poco a poco el recuerdo de Leo se desvanecía como la imagen que se refleja en el agua y al caer una piedra se distorsiona. Cynthia lo eliminó de su correo, incluso su número telefónico; evitó cualquier tipo de comunicación ya que había cortado todo de raíz y sus amigas le habían hecho un lavado de cerebro, Leo ahora estaba en la mira de todas ellas, era un hombre marcado y odiado.
Pasaron tres largos años sin comunicación entre ambos, sin embargo por terceros, Cynthia recibió una noticia, que no la tomó ni bien, ni mal, pero sí la sorprendió, Leo se había casado con Lorena y un niño estaba en camino. Era un hombre prohibido, además un hijo lo ataba de por vida a Lorena, la mujer que le serruchó el piso, quien se metió en su relación sin importarle en lo más mínimo el daño irreparable que podría hacer; pero hay mujeres así y peores.
Una noche Cynthia decidió agregarlo nuevamente a su correo porque había pasado mucho tiempo desde su distanciamiento y las heridas estaban curadas, ya no le guardaba rencor. El hijo de Leo había nacido sano y fuerte y ella tenía curiosidad de conocerlo. Ambos conversaron por MSN, pero no tocaron el tema de Lorena, ni de su relación en el pasado, sino cosas de su presente como su hijo, el trabajo de él y los estudios de Cynthia, quien estaba próxima a culminar su carrera.
Tres meses de conversaciones amenas, interesantes, tornadas de chistes, juegos de amigos, pero sin ninguna tercera intención de por medio, por lo menos no por el momento, pero uno nunca sabe lo que pueda suceder más adelante y de la noticia inesperada que un par de semanas atrás Cynthia recibió, lo que cambió radicalmente la visión que tenía sobre cómo había terminado su relación con Leo. Ahora entendía el por qué del cambio inexplicable de él y del por qué su matrimonio apresurado, cuando gritaba a los cuatro vientos que jamás se casaría, que sería lo último que haría en su vida. Detrás de toda esta historia se encontraba la cruda verdad, la cual la dejó atónita.

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