EL EX DE MI MEJOR AMIGA: PARTE I

¿Qué hacer si te gusta el ex de tu mejor amiga? Difícil de responder porque a pesar que ambos ya no estén te haces la pregunta ¿qué me dirá?, ¿cómo sería nuestra amistad si le confesara lo que me está pasando? En este dilema estuvo Sandra, ella era la mejor amiga de Lorena, ambas inseparables, amigas desde la época del colegio y ahora estudiaban en la universidad pero distinta carrera. Sandra tuvo una relación con Miguel desde el segundo ciclo, Lorena por su parte estaba sola intentando olvidar por su cuenta al idiota por quien derramó lágrimas hasta más no poder… el período del olvido… es un largo periodo, pero como dicen “el tiempo lo cura todo”… o sino otra de las tantas frases que he escuchado… “un clavo saca a otro clavo”… pero todos sabemos que no es fácil olvidar a alguien que se amó por muchísimo tiempo y con quien se tuvo una larga relación. Pero bueno, como toda relación los primeros meses eran perfectos, Sandra era muy feliz y le contaba lo bien que le iba con su “chiquito” a Lorena; ella por su parte estaba feliz por su amiga ya que se merecía a alguien que la quiera y la respete; además con lo poco que había conocido a Miguel le parecía un chico responsable, sincero, cariñoso, todo un caballero; de los que hay pocos.
Los meses pasaron y la relación de ambos se solidificaba, los mimos y besos en público eran la cereza del pastel en su relación; por otro lado Lorena estaba saliendo con Carlos, un chico interesante… ¿por qué interesante?... atractivo, extrovertido, amante de la música y preocupado por su carrera, tenía la misma edad que ella. Pero lo que comienza mal termina mal o no tiene futuro… Lorena no estaba enamorada de Carlos ya que recordaba a su viejo amor; así que prefirió dedicarse a ella y sus estudios, solo a eso; cerró su corazón hasta nuevo aviso. Por otra parte, la relación de Sandra florecía, ambos eran la pareja perfecta, los años pasaron… 5 largos años; pero en los últimos meses los pilares de su relación estaban tambaleando: amor, confianza, respeto, lealtad. Sandra estaba aburrida de su relación la cual se había convertido en una rutina, pedía consejos a su amiga del alma, quien sabía al revés y derecho su historia, era el diario viviente de su amiga; ella solo la aconsejaba, porque quien tomaría la última decisión sería Sandra.
El último mes fue terrible porque cortaban y regresaban casi todos los días; eso estaba deteriorando aún más lo poco que quedaba entre ellos. Cuando todo se había acabado definitivamente, Miguel habló con Lorena, le pidió que interviniera, que lo ayude a reconquistar a Sandra. Era difícil estar en una situación así porque ambos eran amigos de ella, él le contaba sus problemas y ella también, Lorena se sentía como una esponja que absorbía todo lo que ambos decían. Sentía un gran cariño por Miguel ya que lo había tratado durante el tiempo que estuvo con su amiga y le afectaba que ella ya no sienta lo mismo por él; pero nada podía hacer porque “en el corazón nadie manda”… otra de las frasecitas. Sin embargo podía hacer de Cupido, no prometía a Miguel conseguir el milagro… pero le dijo que lo intentaría.
Sandra fue clara… estaba confundida… su cabeza revuelta como si hubiera tomado incontables vasos de tequila y alguien agitara su cabeza; no quería confundir amor y costumbre. ¡Pedía a gritos su libertad! Necesitaba oxígeno y no podía continuar con Miguel si no aclaraba sus sentimientos y por eso era preferible el “dichoso tiempo”. El tiempo que sería solo un par de semanas se convirtió en meses; ella se dio cuenta que no lo extrañaba y se sentía mejor sola…!libre! como un ave que escapó de su prisión. ¿Era Miguel un loco posesivo?... Si fuera así estaría de acuerdo con la decisión de Sandra… pero no fue así… ella le confesó que no sabía porque duró tanto tiempo con él, esta confesión cayó como balde de agua fría… ¡qué digo fría… helada!... Eran la pareja perfecta, todos estaban encantados con ellos, eran los predestinados para el altar, quienes hacían planes de matrimonio y hasta cuantos hijos tendrían y ahora ella decía eso… ¿cuál sería la opinión de Miguel si supiera eso?... Obviamente Lorena no le comentaría sobre el comentario de su amiga… pero quería saber que fueron para él esos 5 años… Él seguía enamorado de ella, pero todo esfuerzo era en vano. Lorena entendía la posición en la que se encontraba Miguel porque había pasado por algo similar, pero ese era problema de dos no de tres y ella no podía meter su cuchara en esa sopa.
Los meses pasaron, Sandra estaba haciendo su internado y había conocido a un graduado con quien había tenido un “click”… “un fechaso” en una fiesta de integración. Miguel avanzaba con su tesis y Lorena hacía lo mismo. Como ambos habían culminado carreras afines estaban apoyándose mutuamente, se quedaban hasta tarde leyendo y avanzando con las tesis; además se inscribieron juntos en un diplomado sobre negocios internacionales. Era super divertido conversar con Miguel, no había momento que no deje de hacer sus bromas, además era inteligente y Lorena aprendió mucho con él. Durante el tiempo que pasaban juntos, ella lo estaba conociendo más a fondo, aunque conocía sobre su sensibilidad, su gusto por la poesía por referencias de Sandra… sin embargo es muy distinto a que te cuenten algo y otro a que lo vivas. La amistad de ambos crecía.
Sandra tuvo un problema de salud y dejó sus prácticas en el internado y el chico del click desapareció de su vida. Lorena la fue a visitar y ambas conversaron de las últimas novedades ya que sólo se comunicaban por MSN y rara vez por teléfono. Durante todo ese tiempo Sandra notó la ausencia de Miguel, era difícil de explicar porque ella tenía claro lo que quería, pero era distinto darse el “tiempo” cuando aún existe la posibilidad de regresar, como que esa “posibilidad” la incomodaba; pero el estar lejos sin contacto alguno con Miguel la había echo reflexionar y quería reanudar su amistad… y quien sabe más adelante regresar. Al escuchar esto, Lorena le dijo que ella no podía tratar como un títere a Miguel, él hizo muchas cosas por ella, sin embargo jamás le tomó importancia, sólo quería vivir su soltería, disfrutar de la vida, conocer gente; además ¿estaba segura que él quería darle borrón y cuenta nueva a su historia? Sandra se dio cuenta que Miguel era el único chico que realmente le había demostrado cuanto le importaba y en aquel tiempo estaba dispuesto a hacer lo que fuera por ella. En el fondo, Miguel aprendió mucho durante el tiempo que estuvo con Sandra, pero eso no significaba que tendrían que regresar cuando la chiquita caprichosa despertara una mañana muriendo de amor por él.
Camino a casa, Lorena se sentía extraña… se preguntaba por qué le había afectado las palabras de su amiga y por qué deseaba tanto su recuperación para que viaje nuevamente y continúe con su internado… en el fondo no quería que ellos hablen, tenía miedo… ¿por qué miedo?... no quería que las cosas entre Miguel y ella cambien… la pasaban muy bien, se contaban todo, se había convertido en un gran amigo… pero había algo más detrás de esa preocupación de amiga. Lorena estaba ansiosa, no podía concentrarse en las lecturas, cuando entró al MSN no encontró a Miguel en línea y no había recibido mensaje alguno para acordar cuando se reunirían para darle los últimos retoques a la tesis… se preguntaba: ¿Sandra y Miguel se habrán encontrado?... ¿se habrán dado otra oportunidad?... ¡Ay Dios!... ¿por qué rayos me preocupo tanto?... Es cosa de ellos lo que hagan… no tengo velo en este entierro… ¡diablos!... ¿por qué me engaño?... No quiero aceptar lo que es obvio… lo que está sucediendo no lo puedo esconder… sería como intentar tapar el sol con un dedo… si mañana no tengo noticias… no sé que haré.
En la noche, Lorena tuvo una visita inesperada. Dejó su cómodo sofá y vio por la ventana a la persona inoportuna que tocaba el timbre de su puerta a las 10PM. Su corazón se aceleró… sentía que se le salía del pecho; tomó una casaca y abrió la puerta.
-¡Ese milagro! No me dijiste que estudiaríamos hoy – dijo Lorena
Miguel con una sonrisa en el rostro
-Nada de eso… solo quería hablar contigo

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