Secretos de una artista: parte I

El frío la abrazaba durante su recorrido por la vía principal. A lo lejos la neblina cubría las calles poco iluminadas y el sonido del motor de un auto lejano se escuchaba con más intensidad. Se detuvo en el semáforo en rojo mientras la gente cruzaba. Miró su reloj, eran las 10 de la noche, al cambio de luz dio vuelta en U y aceleró. Esa llamada la dejo inquieta y llena de curiosidad. Llegó a la universidad e ingresó con el pretexto de olvidar su celular, estacionó el auto y corrió hasta llegar a la biblioteca, miró por cada una de las ventanas, esperando encontrar algún indicio de luz. De pronto una voz la interrumpió: ¿quién está ahí?

Andrea se ocultó detrás de un muro y el vigilante se perdió en el fondo del pasadizo. Su corazón desaceleró lentamente, para ella el peligro se había ido, su tranquilidad duró tan solo unos segundos. Alguien detrás le tapó la boca y la tomó con fuerza, intentó escapar, pero todo fue en vano. 

- Tranquila, no te haré daño, solo quiero entregarte el diario de Micaela, lo dejó olvidado en mi auto antes de desaparecer. Probablemente tenga algunos indicios que te lleven a entender qué pasó con ella – dijo Ernesto –.

Micaela era una pintora y artista plástica de 22 años, impulsiva, apasionada, no pensaba mucho antes de tomar una decisión, solo vivía el momento intensamente. Tenía muchos amigos y todos afirmaban que siempre se preocupaba por el bienestar de los demás, los ayudaba cada vez que podía, pese a tener problemas económicos, familiares y personales, siempre les devolvía una sonrisa.

Los últimos meses sus monólogos frente al espejo se habían vuelto frecuentes, solo los calmantes aplacaban las noches de insomnio. Estaba contra el tiempo, la fundación que financiaba su presentación la presionaba para tener todo listo, esta era una oportunidad para cambiar su estado de anonimato en un mundo donde pocos son los elegidos por los críticos como el nuevo rostro del arte contemporáneo. 

Hace 8 meses ambas se conocieron en una exposición, Andrea era estudiante de último año de periodismo y trabajaba medio tiempo en un diario y el tema encargado esa noche era el arte contemporáneo. Tuvo que recorrer varias galerías de la ciudad y en una de ellas se topó con Micaela, una artista que llegó a la ciudad como invitada para una exposición, pero que decidió quedarse a probar suerte en un lugar nuevo. Las dos jóvenes iniciaron con una entrevista que se prolongó por largas horas, intercambiaron números y quedaron para continuar la charla otro día.

Camino a casa, Andrea recordó cada momento con Micaela, hasta ahora no podía creer que esté desaparecida, ¿qué había pasado? Llegó a su cuarto y revisó página por página, encontrando episodios en su vida que desconocía, se dio con la sorpresa que el chisme del romance que corría por los pasillos de la universidad era cierto, el reconocido psiquiatra tenía una aventura con su amiga. En incontables ocasiones lo negó, pero la verdad estaba escrita con su puño y letra.


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