LA CARTA



Habían discutido nuevamente y como la mayoría de las noches durmieron separados, ella en la habitación, y él en el sofá. Andrea concilió el sueño con más facilidad; sin embargo, Thiago no dejaba de pensar en lo que sucedía en su relación. ¿Ya no estaba enamorada?, ¿había otra persona?, ¿quería cansarlo para que él termine con ella?, miles de preguntas transitaban por su cabeza, sin llegar a una respuesta que lo convenciera de que todo volvería a la normalidad.

Casi había amanecido, y él no podía dormir, arrancó un pedazo de papel y comenzó a escribir. Por la mañana Andrea despertó, volteó para darle los buenos días a Thiago, pero solo encontró una carta breve que decía:

No me gusta cuando…
No dejas el celular cuando estamos conversando
A veces no das señales de vida durante todo el día
Prefieres una salida divertida con sus amigos que una cena para los dos
Cambias con frecuencia de ánimo y dices que nada sucede
No le dedicas tiempo a nuestra relación
Te tardas en arreglar para salir
Me celas por nada
Siempre quieres tener la razón

Pero entiendo que…
Recibes constantes llamadas y mensajes de la oficina
Te concentras más del 100% cuando estás trabajando
Necesitas dosis de diversión con tus amigos
Esperas que descifre lo que te sucede, y trato de hacerlo, créeme
Siempre te ha gustado verte preciosa cuando salimos
A veces sueles ser insegura y desconfiada por tu pasado
Eres hija única y te han consentido demasiado en tus caprichos

Lo que no entiendo y pasaré por alto, es que no le dediques tiempo a nuestra relación.

Se quedó pensativa por algunos minutos, miró el reloj y aún tenía tiempo para escribirle algo. Preparó una taza de café y se sentó en el mueble. El invierno le estremecía el cuerpo, ¿o eran el efecto de las crudas palabras de Thiago? Tomó un sorbo de su elixir matutino y comenzó.

Recuerdas cuando…
Tuviste ese ascenso que buscaste por años y me fui sola de vacaciones
Dejé de frecuentar a mis amigos porque a ti no te gustaba
Prometías que solo serían un par de copas con tus amigos, sin embargo, la cena terminaba fría y las velas derretidas
Recibías mensajes de madrugada y jamás te pregunté quién era
Te daba miles de detalles, canciones, tarjetas, regalos y solo recibía un gracias
Me dijiste que un poco de maquillaje no me vendría mal para la próxima salida
Te llamaba durante todo el día y decías que el celular estaba cargando
Para nuestro aniversario me dijiste que había prioridades laborales y nadie podía reemplazarte
Me dijiste que no eras de aquellos que dan su brazo a torcer
Preparé una noche romántica para los dos y faltando una hora me cancelaste, por ese motivo que aún no olvido

Aprendí gracias a ti, que una persona siempre necesita de su espacio y si es amplio mucho mejor, que los detalles son pérdida de tiempo, que el trabajo es prioridad y que los amigos son más importantes que una pareja.

Fue paciente por varios meses y jamás dudé de tus sentimientos. Espero que hayas aprendido la lección durante estas semanas. Te lo dije muchas veces e incluso me viste llorar pero no cambiabas de actitud, así que menos teoría y más práctica, ahora sabes lo mal que me sentí. No es venganza, es solo un baldazo de agua fría para que reacciones.

No tienes idea lo difícil que fue para mí ser indiferente estos días. Preferir salir con mis amigos y permanecer lejos de casa, cuando en realidad solo quería estar contigo tirados en el mueble, viendo una película, preparando el menú para la cena o discutiendo por el canal de cable.
Te espero temprano esta noche porque tengo una sorpresa para ti.

PD: Sabes que el texto subrayado no es cierto.

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