EL ÚLTIMO SAN VALENTÍN

Gino miraba la pantalla de su laptop y por su cabeza transitaban las únicas dos decisiones detenidas frente a la luz roja de lo incierto. Tenía el dinero y solo bastaba dar un clic y comprar el pasaje. Miró el calendario y su mochila, se preguntó a sí mismo - ¿qué hago? -. No sabía si era el momento de tomar el avión que disminuiría la distancia entre el lugar que lo albergó por un año y el lugar donde su corazón anhelaba estar.

Después de algunas horas de viaje, la aeromoza anunciaba la llegada a Lima, Gino guardó su Ipod y esperó que el avión aterrizara. Las ventanas estaban empapadas por la intensa lluvia y el cielo nublado le daba una fría bienvenida. Él sonrió.
Llegó al hotel y tomó un baño. Miró a través de la cortina la luna llena que iluminaba el interior de su habitación. Cogió el celular y marcó el número que recordaba de memoria, timbró por algunos segundos y la contestadora le pidió que deje su mensaje, él colgó y se recostó sobre la cama. Sacó de su mochila una pequeña caja y la dejó encima de la mesa de noche porque no quería que se estropeara.
No había marcha atrás, ya estaba en Lima y faltaban algunas horas para el gran día.

Desde su ventana observó el día gris y los rastros de una fuerte lluvia de la noche anterior en las pistas y veredas. Se cambió de ropa, cogió la diminuta caja y salió de la habitación con rumbo que solo él conocía. Tomó un taxi y esperó.

Aquella casa no había cambiado pese a los años y Drako moviendo su cola y saltando le daba la bienvenida. Gino se sintió en casa, no porque fuera el lugar donde vivió, sino porque fue la casa que visitó en innumerables oportunidades, pero esto cambiaría si todo salía como él lo había planificado. No tuvo necesidad de tocar la puerta, ya que está se encontraba entreabierta.

La puerta de aquella habitación estaba abierta, la vio, tenía a la mujer más bella en frente, Sofía mirando el espejo terminaba de arreglarse, no se inmutó frente a la presencia de Gino, continuó dándole la espalda y solo el reflejo de él se plasmaba en el espejo.

Gino introdujo la mano en su casaca para sacar aquella cajita que cuidaba con recelo pero no la encontró, buscó en los bolsillos de su pantalón, sin embargo fue en vano. De pronto Sofía sacó una cajita de su cómoda, era la misma que Gino buscaba desesperadamente, pero la pregunta era ¿por qué ella tenía aquel regalo sin envolver?, abrió la diminuta caja y sacó el anillo, en ese momento Gino recordó todo.

No sabía si era el momento de pedirle matrimonio, habían estado un año lejos por motivos de trabajo. Gino tuvo que viajar a New York y le era difícil viajar con frecuencia a Lima, por otro lado, Sofía no podía dejar el trabajo que tenía en la ciudad. Gino debía hacer algo porque no quería que su relación se terminara. Así que no dudó y compró el pasaje.

En Lima le quiso dar una sorpresa pidiéndole matrimonio el mismo día de San Valentín. Al llegar a la casa, Drako lo recibió saltando y moviendo la cola, Gino subió por las escaleras hasta llegar a la habitación de Sofía, sin embargo no entró porque faltaba algo para hacer de ese momento inolvidable. Recordó que en el jardín trasero había un rosal. Retrocedió y se dispuso a bajar por las escaleras y tropezó cayendo hasta el primer piso, quedando inconsciente y posteriormente en estado de coma.

Faltaba un día para que cumpla un año en ese estado y según los médicos su cuerpo no resistiría más. El flashback de imágenes recreó el pasado. Gino entendió el por qué de la cajita en manos de Sofía, su espíritu se negaba a irse.

Por unos segundos se sintió mareado. El celular de Sofía timbró, cogió su cartera y salió con dirección al hospital. Gino había tenido un paro cardiaco y los médicos estaban haciendo todo lo posible para mantenerlo con vida. Ella llegó lo más rápido que pudo y entró a su habitación, él yacía conectado a un respirador artificial, su estado era crítico. Sofía le acarició el rostro y lo tomó de la mano, mientras el espíritu de Gino sentía cada caricia, se acercó a ella pero Sofía no podía verlo y mucho menos sentirlo. En ese momento una enfermera le dijo que era momento de irse.

Sofía llegó a casa y se recostó en la cama, sacó unas fotografías y recordó los mejores momentos que vivió con Gino, él la observaba y se sentía impotente de poder hacer algo. Se paró cerca de la ventana y observó a Drako, sonrió y bajó las escaleras.

Minutos más tarde Sofía escuchó a Drako ladrar y lo vio jugar solo, corría detrás de una pelota y se la entregaba a alguien que ella no veía. Cogió una casaca y bajó a su jardín trasero. - ¿Quién está aquí? – preguntó. Drako se echó dando vueltas en el césped, y la única persona que le había enseñado eso era Gino. Sofía se quedó inmóvil y una pregunta divagó - ¿Gino? -.

Drako movía la cola y saltaba frente a lo inexistente mientras Sofía lo miraba absorta, cerró los ojos y trató de unir la palma de su mano con lo que estuviera ahí si realmente había algo. En su interior anhelaba verlo, lo extrañaba demasiado. Gino hizo lo mismo y sus manos se encontraron y entrelazaron, Sofía abrió los ojos y lo vio, el tiempo se detuvo para ellos… se abrazaron.

Él cogió una rosa y sacó la diminuta caja con el anillo que tomó del cuarto de Sofía, la miró fijamente, le dijo lo mucho que la amaba y la extrañaba, así como también la pregunta que esperó hacer por un año.
- ¿Te casarías conmigo?
- Sí, acepto, siempre serás mi primera mejor opción
- Feliz San Valentín mi amor, mi corazón comenzó a latir por ti hace ocho años un 14 de Febrero, y hoy deja de hacerlo… a la misma fecha.

Se fundieron en un prolongado beso, ambos no querían que el momento terminara pero sabían que era la despedida. Sofía cerró los ojos y las lágrimas rodaron por sus mejillas. Gino puso su mano en el pecho de Sofía y le dijo: “Por siempre y para siempre en tu corazón”. Él sabía que era el momento, tomó el pañuelo que ella tenía atado en el cuello y le vendó los ojos, la besó por última vez y lentamente se separó de ella. Minutos más tarde Sofía se quitó el pañuelo y él ya no estaba.







Comentarios

GUSTAVO JAVE ha dicho que…
10 no creo que haya una puntuación más alta para tan linda historia, historias a la que maju nos tiene aconstumbrados gratamente. tienes un gran don y lo mejor es que lo sabes utilizar. gracias por deleitarnos con uns relatos, de hecho que serás una gran escritora profesional, estoy seguro.
Matices ha dicho que…
xvr q t haya gustado!!! :D
roxy ha dicho que…
es la primera vez que comento tu blog y chvre amia...una historia linda...sigue asi...
Matices ha dicho que…
gracias amigota!!!! pronto vendrán más historias
Jaky ha dicho que…
linda historiaaa!!!
Matices ha dicho que…
gracias Jaky!!

Entradas populares de este blog

Monotonía

Todos los caminos te llevan a Roma: parte II

¿Destino o casualidad?