CORREO FANTASMA

Los correos que muchas de nosotras nos creamos con el fin de espiar a nuestros enamorados o ex; no es una manera honrada de enterarnos de las cosas, pero sí que resulta efectivo. Tampoco lo recomiendo para quienes nunca han usado los correos fantasma porque tiene sus ventajas y desventajas. Punto negativo, si se está en una relación esto significa desconfianza; punto positivo, si se está en una relación y el correo fantasma nos provee de información útil como: si es fiel, si no flirtean con otras nuestros queridísimos príncipes.

Si el chico tiene antecedentes, un historial con malas referencias de su pasado; este método de los correos fantasma es usado, y lo digo porque conocí un caso de una amiga quien siempre me decía que no confiaba en él y yo le respondía que termine porque de qué vale estar con alguien en quien no se confía; pero hay cada terca y para mantenerlo vigilado se creó un correo en la cuenta de Hotmail con el nombre de Patty y buscó una foto de alguna chica simpática en el Google; a esto le agrego que tenía el multimsn, lo que permitía abrir la cuenta de la firme y la cuenta de la “chica de la vida alegre” por no emplear otro término.
Dos personalidades: la angelita y la diablita. La Diablita trataba de seducir al susodicho pero él… firme en que tenía enamorada y no le interesaba otra flaca… “Pero podemos salir un día a la disco… ¿o tu enamorada se pone celosa?... decía ella… él respondía: “No se trata de eso, simplemente que no quiero malos entendidos… pero podemos ser amigos”. Esta era una señal que la respetaba… pero ella quería saber que tanto la quería… definitivamente era jugar con fuego… La diablita empleó otra técnica como: “Te conozco… ¿tú estudias administración… cierto?... el respondió… ¿y tú como sabes?... ¿estudias en la U?... ella dijo… estoy mas cerca de lo que te imaginas… él intrigado respondió… ¿cerca?... ¿qué tan cerca?... ella contestó… ¿qué tan cerca quieres que esté de ti?... él respondió… se pone interesante la conversación, pues… pueda que te conozca… pero dame referencias… veo la foto pero no te ubico… ella respondió… no estudio la misma carrera que tú pero una amiga sí y por eso te manyo… él mucho más animado… ¿qué amiga? ¿cómo se llama?... ella respondió… se dice el pecado pero no el pecador… él continuó… pucha flaca me intrigas… ¿qué te parece si mañana saliendo de clase te veo?... ella respondió… ¿y tu enamorada?... él contestó… ella en clase, además eres una amiga… no tiene nada de malo… ella contestó… ¿pero le vas a contar que saliste conmigo?... él respondió… es algo celosa y va a malinterpretar las cosas, mejor que quede aquí…
Por otro lado… la angelita bombardeaba de preguntas a su príncipe esperando que no la desatienda… al inició respondía a todas sus preguntas pero luego cuando la conversación se puso interesante con la diablita no le contestaba inmediatamente, lo que desató una indignación: ¡Este imbécil que fácil cae!... y yo le decía pero tú misma querías saber hasta que grado es fiel, así que no te pongas histérica que tú te lo buscaste.

Así como nos enteramos de este tipo de cosas que no son nada agradables, por otro lado, una amiga hizo algo similar. Estuvo a punto de crearse un correo, pero una amiga le propuso agregar a su ex a su correo ya que él no sabía de la existencia de esa chica. Mi amiga aceptó aunque un poco temerosa por lo que podría salir de esa conversación, quizás enterarse de cosas que no hubiera querido; era un arma de doble filo, pero se arriesgó. La chica se presentó, obviamente con nombres falsos para no levantar sospecha alguna. “Te conozco… tú tocas guitarra”… él respondió… así es, al ser una respuesta algo cortante, ella insistió… ¿podrías darme clases? ¿cuánto cobras?... y él contestó… treinta soles, pero solo en dos ocasiones he enseñado a tocar guitarra, en una si cobré y en la otra no… la chica contestó… ¿y por qué en la segunda ocasión no cobraste?... él respondió… es que era alguien especial… la chica insistente preguntó… ¿qué te parece el fin de semana? ¿pero podría pagarte de otra manera?... él chico preguntó… ¿cómo así?... ella contestó ¿vivo sola en un departamento? Podríamos tomar algo… no sé… y él esquivó tal oferta diciendo… no soy tan bueno tocando guitarra, sé lo básico… pero puedo recomendarte a un pata que si estaría encantado. Esta conversación fue enviada a mi amiga quien estaba en shock al leer todo lo que él decía. La chica insistía diciendo… ¿qué no te parezco atractiva?... y él contestó… estoy enamorado de alguien… cometí muchos errores y he tratado de solucionar las cosas, pero creo que ya la perdí, porque haga lo que haga ella no me va a perdonar… Mi amiga estaba con pañuelo en la laptop, luego de leer tales frases cortas pero con mucho valor… La conversación continuó y sabe que no fue la mejor manera de enterarse de la sinceridad de su ex pero sirvió de mucho para ella; porque reconsideraría muchas cosas y por el momento aunque sea la oportunidad de hablar con él.

No es una manera honesta pero proveen de información valiosa. Ya queda a criterio de cada una de ustedes si son sinceras con sus “príncipes” o si se dedican a espiarlos clandestinamente por la red. Es decisión de ustedes, cual escojan…

Comentarios

Agustín Pinillos ha dicho que…
Las hay peores, quienes entran en la cuenta de correo de uno y revisan mail por mail...

La desconfianza se configura en una sólida forma de ver con certeza lo que no existe, en fin, como dijo una filósofa de la vida en algún perdido cuento, "a veces es bueno mentir" supuestamente para no herir los sentimientos...

Quedo a tu criterio...
Anónimo ha dicho que…
nunca es malo espiar y tratar de saber mas de esa personas de las que supones estas enamoradizima...asi que gracias por la idea del correo fantasma
sany ha dicho que…
no lo eh intentado, pero como ya sabras a mi si m la hicieron...(en realidad fue.. bah! tu mejor q nadie sab q m paso)
esos son los celos enfermizos!!!! xessss, pero tanto q buscan pz se merecen encontrar algo no crees??? jajajaja, mentira... la confianza es la base d todo, si no hay eso, pues no hay nada...

Entradas populares de este blog

Monotonía

Todos los caminos te llevan a Roma: parte II

¿Destino o casualidad?