EL AYER Y EL HOY

Todos recordamos al primer amor, el tiempo en el que sentíamos las maripositas cuando lo (a) veíamos pasar por nuestro delante, la sonrisa que nos derretía, todo a nuestro alrededor era perfecto cuando esa persona estaba junto a nosotros; aquel momento indescriptible donde las palabras van y vienen… se viven momentos mágicos los cuales a pesar de los años son imborrables. La sonrisa tímida y nerviosa en muchos casos delatadora, de los chiquillos que comienzan a sentir ese “algo” que no pueden explicarlo con palabras.

A mis 16 me miraba al espejo y decía: “hablamos de todo, nos reímos de cada sonsera, y el tiempo no se siente pasar cuando estamos juntos… ¿por qué me pregunto que estará haciendo?... ¿por qué no está en el msn?... ¿por qué pongo la cara de tarada cuando me acuerdo de su sonrisa?... ¿por qué quisiera estar siempre entre sus brazos al finalizar un abrazo?... ¿por qué cada beso de despedida es tan corto?.

Desempolvando mi bandeja de entrada encontré algunos mensajes y fotos de hace muchísimo tiempo atrás que ya había olvidado con todo el trajín diario, la universidad, los proyectos, los nuevos amigos y entre otras actividades que mantienen mi cabeza ocupada. Un flashback de recuerdos me dejó sonriendo por unos segundos mientras leía aquellos mensajes y veía fotografías que no recordaba haberme tomado… sacando la lengua, poniendo la uve en la cabeza del amigo del costado, todos sonriendo para la foto… y a mi lado el que me traía en las nubes. Aquellos momentos que me hicieron suspirar, reír, cantar, escribir versos algunas veces alegres y otros tristes; los conservo en mi corazón.

Años después lo veo, no ha cambiado mucho, sigue bromista, loco, alegre… y la química de los viejos amigos no ha cambiado; discusiones, verdades incómodas, distanciamientos fortalecieron más lo que de amor regresó al sólido estado de la amistad. ¿Qué has sido de tu vida?... ¿ya te casaste?... entre bromas estas preguntas volaban en el ambiente tan cómodo y conocido en el que me sentía. Ahora cada uno ha hecho su vida, tú al sur y yo al norte.

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