HACE UN AÑO

Caminaba descalza sobre el tablero de ajedrez de un amplio salón, solo traía una bata traslúcida y el frío era intenso, frotaba sus manos intentando recuperar su temperatura corporal, pero el ambiente gélido le recordaba que estaba sola. Las gotas de lluvia se deslizaban por el gran ventanal y el viento con fuerza agitaba las ramas del viejo roble. A lo lejos una lechuza la saludaba, era la única amiga que escuchaba sus secretos, la única que conocía de los fantasmas y las voces del pasado. Miró el reloj, aún faltaba media hora para las doce. Eran los treinta minutos más largos de su vida y no podía adelantar las manecillas. El coctel de pastillas y whisky la tranquilizaron por algunas horas, pero la anestesia había desaparecido, el dolor era más intenso, incluso se ahogaba con sus lágrimas. Se quedó dormida abrazando una vieja fotografía, era lo único que le daba consuelo, la mantenía a flote en ese turbulento mar de recuerdos. Despertó después de diez minutos, y ...