La chica de al lado, Parte I

Un aroma a rosas se percibía en el ascensor, era un perfume que acariciaba los sentidos, te suspendía por algunos segundos y podía transportarte lejos de esta ciudad caótica que día a día se ensañaba con uno. El recorrido del perfume terminaba en el piso 10, al lado de mi departamento, al parecer el silencio se iba de vacaciones. La noche cayó sin darme cuenta, prendí las luces de la sala, abrí la refrigeradora y solo tenía dos panes y una manzana, nada atractivo para mi gusto, así que pedí una pizza por delivery, y este fue el punto de partida donde mi camino y el de Valeria se cruzaron. Después de más de una hora de espera, llamaron de recepción para recibir el pedido, cogí rápidamente las llaves y bajé, el ascensor estaba a punto de cerrarse y una joven entró a las justas. Me sonrió dándome las gracias mientras hablaba por celular, al parecer se le había hecho tarde y la estaban esperando. El tiempo que tomó en llegar al primer piso transcurrió en cámara lenta, ella ...