MI MEJOR AMIGO

Caminaron sin pronunciar palabra alguna. Se limitaron a mojar sus pies en la orilla de una playa desconocida pero tan familiar. El ulular del viento, la brisa que empañaba sus lentes, la danza de las olas y el resplandor del sol como espejo en el mar, eran el escenario que esa tarde de mayo los acompañaba. Ella se detuvo y se sentó en la arena, miró el horizonte por algunos segundos esperando encontrar las palabras precisas, pero lo único que veía era a las aves surfear en un cielo despejado. Él continuaba de pie observando el muelle iluminado tenuemente con la luz de los faroles. Algunas parejas caminaban de la mano y otras permanecían de pie esperando el sunset. Alguien tenía que romper el hielo que se había formado entre los dos. Leonardo se sentó y la abrazó, Jazmín le correspondió y la calidez de ese momento derritió el iceberg que se encontraba en medio. Sabían que callados no encontrarían respuestas y lo mejor era compartir lo que sentían y dejar de lado ese silenc...