Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2012

FEBRERO CATORCE

Imagen
El aroma del amor se respira no solo en las florerías, sino en las perfumerías, tienda de regalos y en cada lugar que alberga a una pareja enamorada que no cuenta el tiempo, sino la intensidad de lo que ambos sienten y que se fortalece conforme los días caminan en el calendario de la vida. Sus miradas se encuentran en un parque, una cafetería, un salón de baile. El lugar pasa a un segundo plano cuando el momento posiciona su bandera en el terreno del amor. Los detalles no se hacen de esperar. Ramos de rosas, tarjetas musicales, serenatas, cenas a la luz de las velas, paseos interminables e inmensos peluches forman parte del abanico de posibilidades que los eternos enamorados disfrutan. La cereza de San Valentín se siente en los labios con cada frase adornada de palabras sinceras disfrazadas con cada metáfora, que solo consigue avivar aún más la llama encendida en lo más profundo de nuestro ser. ¿Y la verdadera amistad?. También se celebra este día y no podemos dejarla de

DE LUTO

Imagen
“¿Quién es la extraña reflejada en el espejo?. ¿Está cansada o triste?. Aún no identifico su expresión facial, ¿será derrota?, ¿miedo?. Se mantiene quieta y me mira fijamente esperando que diga algo. De pronto rompe en llanto, se arrodilla y se desahoga hasta dolerle el pecho. El reloj está de luto, las manecillas quedaron en silencio, el tiempo se ha detenido en aquella habitación plagada de recuerdos asfixiantes y remordimientos noctámbulos. Se pone de pie con cierto letargo y nuevamente clava su mirada en mí. Pero esta vez, su expresión es indiferente, desafiante, desconfiada. Esa sí soy yo.” Era el monólogo que se repetía como una cinta de audio todos los días. Aunque la puerta de su departamento se mantenía abierta, no podía escapar de los recuerdos, porque estaban encadenados a ella. Los fantasmas no la dejaban dormir, conversaba con la chica del espejo cada noche, esperaba una respuesta, pero el silencio era lo único que recibía de aquella mujer.  Natalia veía su sangre